Paradójicamente mientras se compran predios de la Cuenca del río Las Ceibas para proyectos de reforestación y protección, también se alerta de la posible extracción por el otorgamiento de licencias petroleras. Sumado a esto desde hace seis años, han venido llegando empresarios mineros a asentarse sobre las márgenes de la principal afluente de Neiva con el fin de explotarlo. Hoy algunos de ellos cuentan con permisos especiales para hacer extracción material. La comunidad denuncia problemas de salud al parecer producto de éstas actividades.

 

“La minería en el río Las Ceibas casi que a espaldas de la gente fue que se permitió”. Para muchos de los habitantes de las veredas que circunscriben las riveras de la principal afluente de la capital del Huila las actividades de explotación en el río deberían declararse ilegales, pues consideran que por éstas algunas de las enfermedades de la piel y otras molestias en la salud son consecuencia, según ellos, de las minas que trabajan aguas arriba de la bocatoma que surte de agua a la planta de tratamiento El Jardín de las Empresas Públicas de Neiva.

Aurora Casanova, presidenta de la Junta de Acción Comunal de la vereda Centro Norte del corregimiento Río Las Ceibas de la ciudad de Neiva, alega que por cuenta de las actividades mineras existentes en el río mucha de la comunidad que vive en su vereda presenta problemas de salud. “Esas cosas que hacen allá afectan al medio ambiente. Hemos visto que las máquinas las meten al rio y los aceites de las esas caen al río, y por eso los brotes en la piel. Eso se aprobó sin consulta, sin que la gente pudiera decir que sí o no”.

Dijo además que la minería sobre Las Ceibas altera el vivir de los peces del río. “Ellos hacen socavones y mollas, acabando con los peces del río. Esas máquinas, al levantar las piedras y rocas del fondo, hacen que los peces se vayan, se asustan y no vuelven a criar en esas partes. Una vez yo vi que los pescaditos quedaban brincando en la orilla del rio. Por eso creemos que es un daño a la naturaleza, sea o no sea legal”, resaltó Aurora.

Problemas de salud por el río

Muchas de las comunidades que viven a orillas del río consumen el agua directamente de la afluente, como lo hace Ángela Guauña, habitante desde hace 15 años de la vereda Centro Norte de Neiva. Según ella, cuando hacen uno del agua del río para bañarse, ella y los de su familia, al igual que otros vecinos de ella han tenido rasquiña en los ojos. “A uno le arde la vista, nos rasca el cuerpo. Cuando hay eso, nos toca ir al puesto de salud, pero eso no le recetan nada bueno; pero eso sí creemos que sea por el agua del río”, dijo.

Lo mismo asegura Ana Milena Cuellar, otra de las habitantes de la vereda Centro Norte, quien dice que la trituradora de material los afecta. “Todo lo que baja en el agua, nos hace daño a nosotros y a toda la ciudad de Neiva, porque esa mina está más arriba de la bocatoma de las Empresas Públicas”, dijo. Explicó que, al igual que Ángela, Ana Milena y su familia también ha sentido rasquiña en los ojos. “Nosotros como también tomamos el agua del río, cuando nos bañamos, quedamos con una rasquiña, como un ardor en la vista. No sé si sea por la mina de arriba o por otra cosa, pero a todos aquí nos ha cogido una rasquiña. Entonces nos sentimos perjudicados”, puntualizó.

 

“Nuestra mina mitiga la suciedad del río”

Héctor William Rojas Durán es el dueño de la planta de trituración mina La Victoria, la misma que, según la comunidad, ha afectado su salud y la sostenibilidad ecológica del río Las Ceibas. La mina está ubicada en la vereda Ceibas Afuera de Neiva a más de un kilómetro de la bocatoma que surte de agua a la plata de tratamiento El Jardín de las Empresas Públicas. Según la documentación cedida por el minero a JURACO, la Agencia Nacional de Minería, antes Ingeominas, les suscribió el respectivo registro minero el 3 de septiembre de 2009. Luego para el 2011, la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena CAM les otorgó la licencia ambiental el día 27 de enero, concesionándoles 26 hectáreas para la explotación del río.

Según él, su mina cumple con todos los estándares exigidos por éstas autoridades para actividades mineras en la afluente. Aseguró además que ellos llevan tan solo un año operando la mina, contrario a lo que asegura la comunidad según la cual “desde hace tres o cuatro años, esa mina tritura material de playa y nos afecta”, asegura Ángela Guauña. “Uno con solo el título minero no se puede hacer extracción hasta que no se tenga la licencia ambiental, y para eso se presenta el Plan de Manejo Ambiental, lo que hicimos para obtener la licencia”, contradijo William Rojas.

Dentro de las modificaciones técnicas realizadas por él está la adecuación técnica, a partir de movimiento de material propio del río, de unos huecos que se hacen con la misma pendiente del río, los cuales en son llamados sedimentadores, explicó el Ingeniero dueño de la mina. “Cuando crece el río, todo el material que trae, se deposita y queda en los sedimentadores. Como tenemos un área suficientemente grande, aproximadamente de unos 500 metros, entonces nosotros en esa área tenemos los sedimentadores con una profundidad importante, y cuando hay crecientes y con el ancho del río que está canalizado de forma natural, mucho del material queda allí en un gran porcentaje. Lo que le llega entonces a la bocatoma es muy poco en comparación al que le llegaba antes cuando no estábamos nosotros”, argumenta William Rojas.

Cuando llueve, nos toca trabajar con la retro

Durante épocas de crecientes, el río Las Ceibas arrastra aproximadamente 120 mil metros cúbicos de material. “Ahora con la mina logramos filtrar aquí unos 35 mil. El resto sí continuaría hasta la bocatoma”. Según lo establecido por el registro minero, la mina La Victoria no puede extraer material del lecho del río a más de 1.40 metros de profundidad. “Le estoy solicitando a la CAM, amparados en estudios de batimetría, que nos permita aumentar la profundidad de extracción para darle mayor capacidad de almacenamiento de material de arrastre. Si yo estoy recogiendo con uno con 50 máximo de profundidad aproximadamente entre 23 mil a 35 mil metros cúbicos de material, de permitirme un metro más hondo, estaríamos recuperando 45 mil metros cúbicos, los que no pasarían a la bocatoma”.

Siempre que hay crecientes, ese material queda depositado exactamente a la entrada de la bocatoma. Argumenta William Rojas, qué las Empresas Públicas debían contratar una retro para descalzar la bocatoma. “De eso puede dar fe Jorge Pacheco, subgerente técnico de EPN. En éste momento, mantienen una retro descalzando totalmente esa zona. Nosotros con nuestro trabajo mitigamos en un gran porcentaje porque mucho del material que viene de arriba queda atrapado aquí en los sedimentadores que hicimos nosotros en ésta zona”, explicó el minero.

Miguel Ortigoza, operario de la bocatoma que toma el agua del río Las Ceibas a la planta de tratamiento de El Jardín, dijo que, en efecto, se viene adelantando esos trabajos de descalzar la bocatoma. “En éstos momentos, le estamos sacándole el sedimento del fondo del río, para que entre más caudal al tanque de almacenamiento de agua. Se hace esta actividad cuando llueve bastante; es decir, si hay mucha lluvia, la máquina tiene que permanecer, pero como ahora ha habido buen verano, entonces no es necesario que esté todos los días”, explicó.

 

“No toda la minería es dañina”

Así lo aseguró el subintendente Elber Garzón, jefe de la Policía Ambiental y Ecológica del Huila, quien fue consultado por JURACO sobre el caso de las minas de material de playa que trabajan a más de un kilómetro, aguas arriba, de la bocatoma que surte de agua a la plata de tratamiento El Jardín. “Aquí en el sector del río Las Ceibas encontramos tres empresas con títulos mineros que son autorizados. Uno encuentra que la manera de explotación del material está acorde a unos estándares y que hay un estricto seguimiento al Plan de Manejo Ambiental que suscribieron cuando se les otorgó la licencia”.

Aunque toda actividad humana tiene impactos sobre los ecosistemas de la zona, dijo que cuando se toman diseñan estrategias de mitigación, la actividad minera tiene menores impactos negativos. Dijo que cuando no se realizan este tipo de acciones mitigadoras, es cuando se cae en la minería ilegal. Sobre ésta, el Agente aseguró que se trabaja en la incautación de maquinaria y equipos en la misma zona. “Se ha hecho unas capturas e incautaciones de maquinaria. Una de las últimas que hicimos fue en el sector del kilómetro cinco, vía Vegalarga, una mina llamada Los Cantillo, donde se hacía explotación de material y donde se identificaron dos ilícitos, uno el delito de minería ilegal y el otro ocupación de causes sin los debidos permisos ambientales”, puntualizó.

Nota

Ángela Guauña, habitante de la vereda Centro Norte de Neiva, asegura que desde hace cuatro años ha visto actividades mineras muy arriba de la bocatoma que surte de agua a la capital huilense. Mientras, el Ingeniero Héctor William Rojas Durán, dueño de la planta de triturados La Victoria, asegura que sus actividades de minería están absolutamente controladas, de tal manera que no alteran el libre recorrido del río Las Ceibas. Desmiente que su mina sea la causante de los posibles problemas de salud que tenga la población aledaña al río.

Una de las modificaciones realizadas en la zona es la adecuación de las riberas del río como una especie de carretera para el tránsito de volquetas y retroexcavadoras. “Nosotros canalizamos el río por el centro y dejamos dos vías a lado y lado del río para el tránsito de nuestras volquetas y las retro, y explotar el río de forma ordenada”, dijo el dueño de la mina.